viernes, 25 de diciembre de 2009

101 dálmatas

(One Hundred and One Dalmatians, 1961)




Walt Disney gozó durante muchos años de una posición privilegiada en el mundo de la animación.
Su creador, el tío Walt o como ustedes gusten de llamarlo, aparte de ser una figura con toda clase de rumores a su alrededor (que está criogenizado, que era un tirano, que era un nazi, que era de Mojácar...) era un enamorado de las historias de toda la vida, con gran pasión por películas como La bella durmiente (Sleeping Beauty, 1959).


Curiosamente, pese a todas las grandes obras que dio su factoría durante aquellos años, algunas de las mejores son, precisamente, las que menos se adecuaban a su gusto.
Películas tan entretenidas como Los aristogatos (The Aristocats, 1970) o tan geniales como El libro de la selva (The Jungle Book, 1967), Robin Hood (1973) o esta 101 dálmatas, se salían de ese tono para darnos unos protagonistas más canallas, acompañados de una animación menos romántica.


Esta es una de esas películas que me es absolutamente imposible ver sin una sonrisa. Y es que, con unos primeros 15 minutos espléndidos, es un relato enormemente divertido y enérgico.
Aupado por una estupenda partitura musical de George Bruns y con una animación, diseños y colores simplemente impresionante, como era habitual en las películas Disney de la época, 101 dálmatas consigue sobreponerse a sus fallos (tiene un clímax endeble, algo habitual en las producciones animadas de la época) para convertirse en un film enormemente entrañable y entretenido.

1 comentario:

  1. Junto a El Libro de la Selva y Mary Poppins las tres cintas Disney que menos soporto, malditos chuchos.

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