Lo más llamativo de Pluto es lo que algunos calificarían de reunión histórica de mentes creativas. Y es que Urasawa, autor del mejor manga de los últimos años, realiza una historia tomando como base una obra de Osamu Tezuka, considerado padre del cómic japonés y sabe Dios cuántas cosas más, y una inspiración patente en la carrera del primero.
Pluto toma como punto de partida un capítulo de Astro Boy. Situada en una Alemania futurista, nos cuenta la historia de un detective robot que investiga extraños asesinatos a lo largo de todo el continente.
Si algo se caracteriza el estilo de Urasawa es por ensalzar la humanidad y las emociones de sus personajes, además de otros muchos valores universales. Y ya desde el principio, son factores que encontramos en Pluto.
Los sentimientos en robots siempre ha sido un tema extrañamente atrayente para el mundo del cine y del cómic, y el japonés no podía pasarlo por alto. Y si bien su construcción del personaje principal (y del pequeño Astro Boy) es prácticamente intachable, no puede decirse lo mismo de ciertas tramas secundarias que, con menos tiempo para extenderse, se simplifican hasta, en ocasiones, resultar ridículas (la mujer del policía robot o el compositor y su guardaespaldas).
Y, por supuesto, no podían faltar sus buenas dosis de intriga. Como en Monster y 20th Century Boys, el autor es un auténtico experto en crear atmósferas misteriosas y, por momentos, terroríficas (los ojos del asesino o el preso robot) que no hacen sino aumentar el interés por una trama que poco a poco va descubriéndose y que, al igual que en otras ocasiones, estará perfectamente planificada y atada desde su mismo comienzo.
Pluto toma como punto de partida un capítulo de Astro Boy. Situada en una Alemania futurista, nos cuenta la historia de un detective robot que investiga extraños asesinatos a lo largo de todo el continente.
Si algo se caracteriza el estilo de Urasawa es por ensalzar la humanidad y las emociones de sus personajes, además de otros muchos valores universales. Y ya desde el principio, son factores que encontramos en Pluto.
Los sentimientos en robots siempre ha sido un tema extrañamente atrayente para el mundo del cine y del cómic, y el japonés no podía pasarlo por alto. Y si bien su construcción del personaje principal (y del pequeño Astro Boy) es prácticamente intachable, no puede decirse lo mismo de ciertas tramas secundarias que, con menos tiempo para extenderse, se simplifican hasta, en ocasiones, resultar ridículas (la mujer del policía robot o el compositor y su guardaespaldas).
Y, por supuesto, no podían faltar sus buenas dosis de intriga. Como en Monster y 20th Century Boys, el autor es un auténtico experto en crear atmósferas misteriosas y, por momentos, terroríficas (los ojos del asesino o el preso robot) que no hacen sino aumentar el interés por una trama que poco a poco va descubriéndose y que, al igual que en otras ocasiones, estará perfectamente planificada y atada desde su mismo comienzo.
tío, ya no te escribe ni Armin :P
ResponderEliminarF.d.o:Taranga
P.D. Le sigo amando por felicitarme en los cumples, espero que se siga acordando de mi ahora que sale con una bonita mariposa de alas azules que lleva calzoncillos marca Channo. Ains...Quién fuera mariposa...
Pero qué maldad, hablando con otros hombres y a mi no me haces ni caso.
ResponderEliminarMadre mía, la famosa Taranga es la novia de Bob, y yo tirándole los tejos cada vez que era su cumpleaños.
ResponderEliminarJamás olvidaré su cachondísima crítica de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, lo que me reí ese día, madre del cordero.
Alabada sea usted señora Taranga, que lo único malo que usted posee es su pareja.
Pluto, ¿pero eso no es algo de Disney?