miércoles, 27 de enero de 2010

Sherlock Holmes

(2009)





El detective creado por Conan Doyle es, a día de hoy, el personaje literario más adaptado al cine. Los progresivos cambios que han ido dándose en el mundo fílmico sobre él y que han hecho olvidar ciertos rasgos de su personalidad o han encumbrado elementos apócrifos (“Elemental, querido Watson”) , nos llevan a concluir que las películas de Sherlock Holmes sólo pueden ser vistas, en la mayoría de los casos, como hijas de su tiempo, con todos los fallos y los aciertos que ello conlleva.


Y si en los ochenta tuvimos la versión juvenil y fantasiosa del personaje, con El secreto de la pirámide (Young Sherlock Holmes, 1985), ahora toca una revisión enmarcada en el contexto de las superproducciones cargadas de acción y efectos especiales.
Aun teniendo en cuenta la presencia de Guy Ritchie y Joel Silver, lo cierto es que esta nueva visita al universo del detective consigue salir con cierta dignidad del atolladero. Y, con las películas que hemos podido ver últimamente, ello ya es en sí mismo algo a destacar.


Partiendo de una visión acomodada a los deseos de las productoras, la nueva aventura de Sherlock Holmes recupera ciertos elementos de la obra original que hasta ahora habían estado enterrados, tal como su afición al boxeo, a la esgrima, o la inusitada dignidad del personaje de Watson. Y, por supuesto, la presencia del razonamiento deductivo.
Por supuesto, todos los elementos estarán contemplados desde el prisma de una superproducción de acción del siglo XXI y serán convenientemente sazonados para tal caso, incluyendo resoluciones (como la explicación final) forzadas y facilonas, un sentido del humor que a veces funciona (Sherlock Holmes saliendo por la ventana) y a veces no (él atado desnudo a una cama) y unas escenas de acción no demasiado bien resueltas.


Contando con un guión aceptable, Guy Ritchie toma las riendas de la película rodeándose de un equipo de técnicos y especialistas que, por supuesto, saben cumplir perfectamente con su profesión, pero que no consiguen cubrir las carencias del inglés como director.
Y es que, aunque sus tics (ralentizaciones y derivados) puedan estar mejor llevados que en otras películas, su dirección termina resultando verdaderamente apática, sin transmitir absolutamente nada.
Con este panorama, quién lo iba a decir, uno de los elementos más destacados sería la partitura del cada día más temible Hans Zimmer, capaz de lo mejor (The Ring) y lo peor (Kung Fu Panda), que aquí, aunque sin hacer nada especialmente brillante, se atreve a innovar en el sonido y crear algunos temas musicales que intentan ir más allá de una tonadilla heroica (aunque sólo lo consiga a medias).


Así, Sherlock Holmes se aúpa enteramente en los hombros de sus actores principales, Robert Downey Jr. y Jude Law (a Rachel McAdams mejor no mencionarla).
Con su humor y moderación el primero y con su porte el segundo, encarnan a los personajes de Conan Doyle de una forma más que correcta y se aprovechan de los pocos detalles realmente mencionables del guión (y que siempre se refiere a la relación entre ambos), y dan cierto atractivo a una película que, aunque en ningún momento llega a insultar la inteligencia del espectador, termina haciéndose algo cansina.

3 comentarios:

  1. Una película entretenida sin más, que no es poco, si hacen las secuelas incluso me animaré a verlas

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  2. A mí me gustó bastante. De hecho la volvería a ver con mucho gusto.

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  3. De acuerdo con todo, excepto que a mi me gustó la banda sonora de Kung Fu Panda. Perdón.

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