lunes, 1 de febrero de 2010

Doctor Who

(2005-2010)



El Doctor es un personaje cuyo origen se remonta a los años 60, cuando comenzó en la televisión inglesa una serie que duraría hasta los 80.
En 2005, Russell T. Davies tuvo la idea de relanzar la historia como una secuela que sirviera al mismo tiempo de nuevo inicio, y así llegó un nuevo Doctor para sintonizar con las nuevas generaciones, cosechando un enorme éxito en su país.
Esta nueva serie se extendería durante cuatro temporadas y varios especiales (el último de los cuales se emitió hace apenas un mes), con diferentes arcos argumentales llevados por el propio Davies, antes de que la batuta pasara a manos de Steven Moffat para la quinta temporada (a estrenar en un mes), guionista de algunos capítulos y de la película de Tintín que está preparando Steven Spielberg.


Al empezar Doctor Who, con Christopher Eccleston en el papel protagonista (quien dejaría paso a David Tennant en la segunda temporada), uno no puede pasar por alto que la serie de Davies no está a la altura de lo que la televisión actual nos tiene acostumbrados en cuanto a medios. A fin de cuentas, la obra puede parecer un poco pobre en comparación con series como Perdidos o Life on Mars (de la misma cadena). Los efectos y en general todo el aspecto visual se antoja ciertamente tosco.
Pero una vez superada esta primera impresión, en un mundo donde todas las series cansan por su absoluta falta de imaginación y sus continuas repeticiones (que digo eso por no mencionar directamente House o C.S.I.), Doctor Who tiene la curiosa capacidad de funcionar por acumulación. Pasados los primeros momentos, la serie no hace más que ascender.


Por un lado, el propio planteamiento de la serie, que narra la historia de un ser capaz de viajar en el tiempo y en el espacio, limita mucho menos la propuesta y permite conseguir una mayor variedad en sus episodios, que pueden estar ambientados en el pasado o en el futuro, ser de miedo o de aventuras…
Por otro, tenemos a su carismático protagonista y sus múltiples acompañantes y enemigos, encarnados estos últimos por un plantel correctísimo de actores de todas las edades. Desde los siempre solventes Derek Jacobi y Timothy Dalton, hasta el habitualmente muy moderado John Simm dando rienda suelta a su vena más histriónica (lo cual se agradece).


Probablemente uno de los personajes más carismáticos de la televisión actual, el Doctor termina siendo mucho más que un simple bufón (que también es), para guiar dilemas y ambigüedades morales que, si bien no son especialmente profundos ni novedosos, ayudan a enriquecer una historia más allá de una arquetípica figura heroica de las de toda la vida.
Y si la interpretación de Eccleston es más que atractiva, aunque sólo sea por ver como un actor usualmente tan inexpresivo es capaz de hacer tantas tonterías en pantalla, uno termina cogiendo verdadero aprecio a Tennant, no se sabe si porque es el que más ha durado o porque, en efecto, es el mejor.
Su capacidad para caer realmente bien, con sus frases y momentos memorables (“Allons-y”), hace que la combinación del actor con el personaje sea verdaderamente memorable y difícil de superar (a la espera de ver su relevo en la próxima temporada).


Y, como existe el riesgo en series tan variadas, los capítulos de Doctor Who y sus tramas oscilan entre lo prescindible y lo brillante.
Los episodios autoconclusivos, algunos verdaderamente interesantes (tales como Blink o Midnight), van guiando unas temporadas hasta un final épico que, por el lado negativo, Davies suele tener problemas para controlar. Así, pese a la corrección del final de la segunda y la cuarta temporada, y contando con los fallidos de la primera y la tercera, esta faceta de Doctor Who no se realiza completamente hasta el especial The End of Time, donde la combinación de humor, drama y acción acompaña a la confluencia de todas las tramas como un punto final más que correcto a esta etapa.


Así, Doctor Who, en la etapa de Russell T. Davies, es una serie que, in crescendo, termina resultando verdaderamente lograda y adictiva, con algunos de los personajes y momentos más destacados de la televisión reciente.

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